¡El Juego de las Micciones!
Mucha gente me pregunta a menudo sobre las micciones de los perros en lugares que no le están permitidos como en el pasillo de casa, sofás, esquinas de muebles…
Antes de iniciar ningún acto por nuestra parte para solucionar la problemática hemos de tranquilizarnos, no dejarnos llevar por la impulsividad y estudiar en tema en
profundidad. Lo ideal es que transformemos este problema en un juego de inteligencia en el que nuestro rival es nuestro amigo, el perro.
Antes de iniciar esta partida hemos de prepararnos para tener más probabilidades de ganar haciéndonos unas preguntas:
- ¿Por qué lo hace?
El perro orina por diferentes motivos;
Territorialidad: Esta palabra no me gusta mucho usarla puesto que veo que le damos connotaciones incorrectas. Tendemos a asociar territorialidad con dominancia, conquista de territorio, superioridad…
en muchos casos no estamos acertados haciendo eso. Muchas veces me encuentro perros que lo único que hacen es acomodar su entorno a su olor, es una forma de sentir seguridad en el hogar, ni mucho
menos quieren ponerse a la cabeza de la manada. Haciendo esto lo único que hacen es reconocer donde moran, asociar un sitio a la seguridad y el control para poder descansar tranquilamente en algo que
le recuerda a el mismo. Es algo similar a lo que podríamos hacer nosotros si nos vamos un mes a vivir con nuestra tía en una habitación del apartamento que tiene en la playa. Nos sentiremos más a
gusto si en dicha habitación colocamos algo que nos recuerde a nuestro hogar o a nosotros mismos para sentirnos más cómodos con el lugar donde descansamos, comemos…
Si tuviéramos un perro que necesita sentirse seguro ya no tendríamos un problema de micciones en lugares inapropiados, tendríamos un problema de inseguridad con un síntoma de micciones. Resulta
imprescindible saber reconocer lo que el perro nos comunica para acertar con la terapia puesto que la manera de desarrollarla varía mucho de una problemática a otra.
Inconformismo: Esta es otra de las causas más comunes de las micciones en el hogar. Suelen manifestarse cuando no estamos en casa o cuando estamos ausentes (dormidos, en el ordenador durante horas,
viendo la tele…). El inconformismo se manifiesta por el sentimiento de “revolución” del perro ante la forma en que se está llevando a la manada. De esta forma el perro expresa algún desacuerdo con
algo de la rutina diaria que no le satisface o cree que no debería de ser así. Esto podría ser incomprensión sobre lo que queremos enseñarle, forma de corregir inadecuada o incoherente. Esto sería
como, por ejemplo, unos días reñirle porque nos salta encima para saludarnos cuando llegamos de trabajar pero en cambio otros días en los que estamos de mejor humor y más animados le permitimos subir
encima. El perro realmente no sabrá o le costará mucho diferenciar el porqué de unos días sí y otros no. De esta forma puede que entre (junto a más motivos) en un estado de “revolución”.
Sentimiento de soledad o aburrimiento: Puede llegarse el caso de que nuestro amigo use la herramienta de las micciones como forma de reclamo de nuestra atención. Esto se puede deber a nuestra forma
de corregirle no resulta una consecuencia negativa para él o bien que, tras su valoración, prefiera que le hagas caso, aún de forma negativa, a seguir sintiéndose solo. Esta manifestación es más
compleja de lo que parece puesto que puede manifestarse en perros a los que no se les presta mucha atención y la reclaman de esta manera y también en perros con un hiperapego manifiesto (Se les
presta excesiva atención) y no tienen recursos, herramientas o habilidades necesarios para enfrentarse a la problemática de sentir que no les prestan atención cuando los dueños hacen algo de forma
autónoma.
Liderazgo: Esta es realmente una de las palabras que menos me gusta usar por el mismo motivo expresado anteriormente, las connotaciones que le damos nosotros, los humanos. En este caso sería la
manifestación de que el perro controla el entorno y todo lo que allí reside, personas incluidas. La diferencia con la territorialidad reside en que las micciones tienden a extenderse por lugares que
mantienen fuertes olores del resto de los integrantes de la manada. Esto pueden ser, camas de perro, camas de humano, sofás (tanto por encima, como por las esquinas), puertas que dan a las
habitaciones donde los propietarios duermen… Aquí el perro comunica que él es el que más control del entorno tiene y que por eso es el responsable del futuro del grupo. Esta conducta suele
manifestarse en familias que no saben expresar sus deseos al perro de forma adecuada y, sutilmente, el perro va adquiriendo más y más responsabilidades. También se manifiesta en manadas grandes donde
habitan tres o más perros.
Incontinencia física y psicológica: Estos dos tipos son muy diferentes el uno del otro. Uno sería una incontinencia por causa física y, por ende, problema más veterinario que de un experto en
conducta canina. La incontinencia psíquica ya es otra cosa. Esta es la desarrollada por aprendizaje debida a una comunicación excesivamente enérgica, lastimosa, miedosa… por parte del humano hacia
alguna conducta manifestada por el perro. Por ejemplo sería el recibimiento excesivamente enérgico a la llegada a casa de algún miembro de la manada, familiar o amigo. El perro aprende que tiene que
hacer conductas impulsivas cuando llegan a casa. El exceso de “fiesta”, de mimos, de energía desbocada, hace que nuestro amigo llegue a perder el control de su micción e incluso de su esfínter,
teniendo así pérdidas fecales.
- ¿Estoy dispuesto a jugar hasta el final, aprender a perder y disfrutar de la victoria?
Hemos de tener claro que esto es un juego, un juego de inteligencia. Hemos de tener claro de que podemos y, de hecho, vamos a perder. Resulta imposible ganar desde el principio. Por otro lado, la
victoria se ha de disfrutar tanto por satisfacción personal como por premiar a nuestro amigo y disfrutar con el hecho de experimentar un conflicto de intereses, falta de entendimiento… y haber sido
capaces de solventar la situación con una buena y sana comunicación entre especies.
Empieza el juego!!!
Tenemos dispuestas las fichas, conocemos los más y los menos de nuestro adversario, el conoce los nuestros. Empieza el juego de inteligencia.
El Tablero: La casa es nuestro escenario, nuestro tablero. Hemos de conocer en profundidad ese entorno y buscar ventajas en el. El olor de las micciones anteriores es un hándicap para los humanos,
hemos de eliminar ese hábito de nuestro amigo. Para ello hay productos especializados en las tiendas de artículos para mascotas que nos ayudarán a eliminar la zona de olores. Hemos de saber que ni la
lejía ni el amoniaco para eliminar olores va a ayudarnos puesto que la orina no es otra cosa que amoniaco pudiendo causar más necesidad de marcar ese “orín extraño” a nuestro amigo.
Otra forma añadida para poner el tablero a nuestro favor es la de permitir que la mascota esté por la zona “roja” (de micciones) cuando estemos nosotros cerca y con el control de la zona. De ver que
se dispone a orinar actuaremos de inmediato cortándole la intención con un leve “¡No!” y apartándole de la zona. El “¡No!” pretende servir de distractor a la vez que muestra nuestro desacuerdo con su
acción pero NUNCA ha de ser violento ni con el fin de atemorizar, su fin no es ese. No intentaremos explicar verbalmente nada a nuestro amigo puesto que no lo va a comprender, simplemente haremos lo
anterior las veces que sea necesario. De repetirse muchas veces lo mejor que podemos hacer es sacar al perro a la calle, aunque no sea su hora, para que descargue en una zona permitida y premiarle
por su buen hacer.
Cuando necesitemos abandonar la casa y, a sabiendas que el perro va a orinar SEGURO en alguna zona no permitida, llevaremos a este a una estancia libre de olores con su camita y sus juguetes. Esto
pretende romper la rutina del perro, descolocarle. Introducimos un cambio de rutina en el que tenemos un margen de tiempo limitado hasta que vuelva a orinar, esta vez en la estancia nueva. Por ello
debemos hacer todo de la manera más correcta que podamos.
Saber perder: Una vez empiece la partida hemos de tener claro, como hemos visto anteriormente, de que vamos a perder. Esto quiere decir que si llegamos a casa y vemos una mancha de orina en el suelo…
¡hemos perdido! No podemos regañar al perro puesto que no va a entender correctamente lo que le queremos transmitir y lo único que va a causar es una pérdida de confianza de nuestro perro. El
“timing” es fundamental para afrontar este “juego”. El Timing es el abanico de tiempo que tenemos entre que el perro realiza una acción y su asociación con un estímulo. Estudios dicen que son de 6 a
12 segundos desde que deja de realizar la acción. Lo mejor es realizar la asociación mientras el perro realiza la acción, a tiempo real. Lo único que podemos hacer en el caso de llegar a casa y ver
la orina es limpiar la superficie lo mejor que podamos.
La Estrategia: Estando en casa podemos plantearnos diversas estrategias. Unas ya las hemos comentado. Algo que yo suelo recomendar es buscar un día libre. En ese día nos encerraremos en el salón de
casa para ver películas, jugar a juegos de mesa, leer libros… todo en el salón y en compañía de nuestro amigo. Durante ese día estaremos pendientes de nuestro perro para ver cuando tiene intención de
orinar y cortarlo de forma correcta. Es fundamental que el perro se equivoque en nuestra presencia para así poder mandarle el mensaje de desacuerdo. Después de corregirle dos o tres veces lo
sacaremos a la calle, sea la hora que sea, para que pueda hacerlo en la zona correcta y pueda recibir sus elogios. Pasaremos todo el día así. A la noche el perro dormirá en una zona libre de olores
de micciones y de esta forma tendremos un día en el que hemos ganado. Poco a poco el perro comprenderá y se establecerá una rutina positiva.
Conocer al contrincante, conocer el escenario, trazar una estrategia… todo a nuestro favor. Hacer las cosas con tranquilidad e inteligencia hará que esta partida sea de lo más positiva para nuestro
perro. Pretendemos educar, no tiranizar, ni hacer que el perro tema consecuencias dolosas. Paciencia, calma e inteligencia.
¡¡¡Os deseo una muy buena partida!!!
Pascual Verdú (Adiestrador inscrito en el Registro Oficial de Adiestradores Caninos Capacitados de la Comunidad Valenciana CV-ACC70)
Tera-Can (Pascual Educación Canina en Alicante). Conoce más sobre el maravilloso mundo canino. Resuelve problemas de conducta y malos hábitos de tu perro simplemente usando sana y natural comunicación canina. Educación Canina y Adiestramiento Canino Alicante.
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