Aquí podemos apreciar lo que se puede obtener con un buen trabajo y con la constancia por querer ver más y mejores resultados con la base de una buena y sana educación canina.

Gumer ha aprendido a sentarse, tumbarse, estarse quieto, acudir a la llamada, pasear junto al dueño con correa y sin ella, no tirar de la correa... pero lo más importante que ha aprendido es a calmarse en presencia de otros perros en actitud de provocación, a comunicarse de forma efectiva con sus dueños, a prestar atención en escenarios complicados...

Sin lugar a duda, Gumer tiene muchísima suerte de tener los padres adoptivos que tiene. Son implicados, constantes, saben disfrutar de la educación de su perro y valoran sus necesidades perrunas.

He tenido mucha suerte de poder ayudarles en el proceso de educación de su compañero.